domingo, 13 de mayo de 2007

¿Somos realmente europeos?

SMI, a la cola
La cuantía del salario mínimo interprofesional (SMI) en España está muy lejos de la de una gran parte de los países de la UE y de otros países desarrollados como Canadá, EE UU o Australia. Concretamente, el salario mínimo español está ahora situado en 570 euros al mes (unos 20 euros al día, unos 8.000 al año), mientras que en Holanda y Francia supera los 1.200 euros al mes, Gran Bretaña y Bélgica pasan de 1.100, en Irlanda y en EE UU se superan los 1.000 euros mensuales. Sólo Portugal y Grecia acompañan a España en esa rezagada posición, aunque queda el consuelo de saber que estamos un poco mejor que en Polonia y Hungría, y mucho mejor que en Rusia, donde el salario mínimo apenas supera el medio euro por hora.
El salario mínimo, como su nombre indica, fija el techo de lo considerado razonable para vivir a cuenta de un trabajo. El PSOE prometió al acceder al gobierno en 2004, que la cuantía de ese salario debería ser de 600 euros a final de legislatura. Esa cuantía se fija a partir del incremento de los precios (IPC), la productividad media nacional, el incremento de la participación del trabajo en la renta nacional y la coyuntura económica general. Si presumimos de octava potencia mundial, no se entiende que mantengamos uno de los salarios mínimos más bajos de la UE, a no ser que entendamos que es esa precisamente la base esencial de nuestro crecimiento: sol, ladrillo y sueldos de supervivencia. Lo cierto es que las cosas no han ido bien en los últimos años. Si en 1981 el salario mínimo representaba el 45,6% del salario medio, en los momentos actuales apenas alcanza el 35%. Y seguimos estando muy lejos de lo que fija la Carta Social de Derechos de la Unión Europea, que establece que el SMI deberá equivaler al 60% del salario medio neto de cada Estado europeo. En estos momentos España tiene su SMI en el 47% de ese promedio europeo.

En la Encuesta Anual de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística; es decir, que entre las personas que reciben el SMI en España (más de cuatro millones según algunas cifras), las personas peor pagadas y que sufren más el desempleo son las mujeres, los jóvenes y, sobre todo, los inmigrantes. El salario de las mujeres está cerca del 20% por debajo del de los hombres, y casi siempre los contratos temporales (ampliamente mayoritarios entre los jóvenes) están peor pagados que los indefinidos.

Pero los liberales dicen que la culpa es precisamente del salario mínimo. Sin salario mínimo los empleadores tendrían más incentivos para contratar. Leo en un texto de FAES (la fundación que preside José María Aznar): "El puercoespín es un animal indefenso excepto por sus púas, el ciervo es vulnerable excepto por su velocidad. En la economía también hay personas relativamente débiles. Los discapacitados, los jóvenes, las minorías, los que no tienen preparación, todos ellos son agentes económicos débiles. Pero al igual que les ocurre a los seres en el mundo animal, (ellos) tienen una ventaja sobre los demás: la capacidad de trabajar por sueldos más bajos. Cuando el Gobierno les arrebata esa posibilidad fijando sueldos mínimos obligatorios, es como si se le arrancaran las púas al puercoespín. El resultado es el desempleo".
El colmo de la extorsión laboral "neocon".

Tabla comparativa salario mínimo interprofesional SMI
(En rojo conversion a euros aprox.)




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